La expansión de la frontera agrícola y las actividades extractivas (principalmente la petrolera), relegan el área de bosques y vegetación nativa, disminuyen la biodiversidad, alteran el ecosistema y generan contaminación antrópica.

La creación de zonas agrícolas y potreros disminuyen la biodiversidad, alteran el ecosistema, generan contaminación antrópica. En la parroquia existe un aumento paulatino de las actividades agrícolas. La creación de nuevos espacios de desarrollo humano (crecimiento de los centros poblados), determina una necesidad de satisfacer necesidades por servicios básicos (agua potable, alcantarillado, vialidad, comunicación, energía eléctrica, educación y salud). En la parroquia existen varias de poblaciones que no cuentan con servicios básicos apropiados, existiendo un paulatino crecimiento demográfico que demanda formas de subsistencia acordes a la época. El ambiente es contaminado por el vertido de agua servida sin ningún grado de tratamiento, lo cual además influye en las condiciones de salubridad de los pobladores.

El deficitario equipamiento de cultura, salud, educación, deportivo, culto y recreación, origina que la población tenga mala y precaria atención. Además provoca que la población desarrolle su vida comunitaria parroquial de manera limitada, alejada del concepto del "buen vivir". Satisfacer las necesidades de los asentamientos humanos requiere del uso de los recursos naturales, como reducción de zonas agrícolas o naturales, explotación de materiales de construcción, intervención en el medio natural para construir la infraestructura necesaria, etc.

El 60,56% de la parroquia es agropecuaria; el 35,39% se encuentra en áreas de bosques y montes, lo que evidencia un alto nivel de deforestación para dar paso a la agricultura y ganadería. En las riberas del río Napo ocupando 9.366,04 Ha.( 69,7% de la parroquia), se han identificado comunidades Quichuas, que generan actividades antrópicas y un cambio en el uso del suelo.